GIAMBATTISTA VICO Y DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO

GIAMBATTISTA VICO Y DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO

 

    

                     Giovan Battista Vico                        Domingo Faustino Sarmiento 

 

Por Karolina Elizabeth Alarcón

 

Todo gran artista se sirve de un filósofo para estructurar su obra; Seneca y Tomás de Aquino pasan así por tutores de Lucano y de Dante; Marsilio Ficino sirve de guía a Miguel Angel y a Rafael; Schopenhauer asiste a Wagner. Siguiendo esta idea, me animo a sostener que el napolitano Giambattista Vico, un siglo después de muerto, oficia de guía del más grande de los prosistas americanos del siglo XIX, el argentino Domingo Faustino Sarmiento. 

Una mujer, Delfina Varela Domínguez, será la primera en advertir la influencia  de Vico en Sarmiento[1] y padecer por su descubrimiento la indiferencia de sus colegas masculinos; su escrito: Filosofía argentina, Vico en los escritos de Sarmiento, fue rechazado por los académicos encargados de publicar un libro conjunto dedicado al filósofo italiano.

Nuestra dama, la primera mujer egresada en estudios filosóficos en el país, tuvo la certera intuición de que, inspirado en Vico, Sarmiento buscaba «Dar categoría histórica y filosófica a su Juan Facundo Quiroga, a sus andanzas, a su sombra»[2], “él como Vico, también se entusiasma y exalta ante las manifestaciones originales del estado ferino de sus salvajes de la pampa”[3].

Vico, filósofo de la imaginación y el mito, plantea una “Historia Ideal Eterna”[4]cuya enorme plasticidad permite a Sarmiento crear un imaginario génesis patrio, una filosofía de la historia que enlaza mito, teología y epopeya civil.

 La obra del napolitano trata, expresamente al menos, solo dos de los tres orbes sarmientinos: el metafísico y el civil; el psicológico le será inoculado por nuestro escritor, que ampliará el “Diccionario mental” viquiano trocando la “Metafísica Poética”

Enorme es la seducción que ideas como el "Diccionario mental" y la "Metafísica Poética" de Vico pueden tener sobre un artista; el Ulises de Joyce es un reciente y buen ejemplo, confesado por su propio creador: «Mi imaginación crece cuando leo a Vico»[5]

La comprensión y el dominio del mundo a través de un elenco de personajes a mitad de camino entre lo mitológico y lo real, es lo que intentará el escritor y padre de la patria argentino sirviéndose de Vico. 

El primer y fuerte acercamiento se produce a través  de la traducción de Michelet al francés (la misma por la cual Marx conoce a Vico) y a la presencia de Pedro de Angelis, erudito italiano y heraldo de Vico en el rio de la Plata. 

Sarmiento, con la legítima impunidad del genio, toma, recorta y pega sobre la versión francesa de Michelet hasta plasmar su propia mitología. Auténtico autodidacta, comparte el arcaísmo del pueblo - su infancia está saturada de mitos. El origen de la patria coincide con su propio origen y su lucha política no difiere de la de Hercules, con el cual se identifica: «(…) este matador de león del despotismo y de la hidra (…)»[6]

El primer y fuerte acercamiento se produce a través  de la traducción de Michelet al francés (la misma por la cual Marx conoce a Vico) y a la presencia de Pedro de Angelis, erudito italiano y heraldo de Vico en el rio de la Plata. 

El único  grabado que ilustra la Science Nouvelle y sirve como “idea de la obra” [7]. ilustra de modo inmejorable el universo simbólico del escritor argentino. Esta imagen ocupó en su iconografía un sitio central. Vico le entrega con esta ilustración, el arquetipo de la historia patria. 

 


 

Todos los motivos esenciales de la obra sarmientina brillan en el emblemático pórtico: la mujer; el artista épico y el héroe ; el arado y la fundación de las ciudades opuestas a la barbarie. 

«La estatua del ciego Homero, símbolo del genio popular, de la poesía instintiva de las naciones, de donde la civilización debe surgir»[8]ocupa un lugar privilegiado. Sarmiento, que no teme asociarse al vate griego[9], supone también atinado sentirse Alighieri[10], a quien Vico concede la sucesión del sitial poético en la Edad Media[11], y hace de los caudillos, centauros paciendo los círculos condenados, y de Rosas, el padre hambriento de sus hijos, el “Ugolino argentino” [12].
 
El comentario de la Science Nouvelle le cuadra admirablemente: «(...) Dante fue inspirado por la cólera. Él ha desplegado toda su imaginación en su infierno, cantando las cóleras implacables, como aquella de Aquiles»[13]; Sarmiento será el cantor de la cólera de su alter ego riojano: «Quiroga ha pasado a la historia y reviste las formas esculturales de los héroes primitivos, de Ayax y Aquiles»[14]
 

Facundo que, según el mismo Sarmiento, es «mito»[15], encarna el derecho primigenio de la "Ciencia Nueva": «el derecho heroico fue derecho de la fuerza»[16]. Nuestro escritor definirá «la poesía de los instintos salvajes»[17]«(...) raza de poetas, asistimos todavía a los tiempos heroicos; fueron nuestros pueblos fundados por héroes (...)»[18]

Sarmiento ornara su propia tumba con un motivo del grabado .La vara con su par de serpientes, atributo de Mercurio. Este Dios que para Vico simboliza el origen del derecho de gentes, el “sabio civil”, es el arquetipo que simboliza el origen del derecho de gentes, el “sabio civil”, es el arquetipo que el argentino elegirá para ornar su propio sepulcro:«(…) Mercurio echando su caduceo entre dos víboras para separarlas, a guisa de arbitraje, no estaría mal como emblema (…)»[19]. Así, el Hermes Trimegisto al cual los egipcios, según Vico atribuían todas las invenciones útiles para la vida humana[20], preside en el cementerio de la Recoleta haciendo un comentario de ultratumba a la inspiradora Ciencia Nueva.

 
 

 

Bajorrelieve - Mercurio en la tumba de Sarmiento

 

Abreviaturas

OC: Sarmiento, Domingo Faustino, Obras Completas, Buenos Aires, Luz del Día, 1948.

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Notas


[1]Varela Domínguez de Ghioldi, Delfina, Filosofía argentina, Vico en los escritos de Sarmiento, Buenos Aires, 1950.

[2] Varela Domínguez de Ghioldi, Delfina, Filosofía argentina, Vico en los escritos de Sarmiento, Buenos Aires, 1950, pág. 53.

[3] Varela Domínguez de Ghioldi, Delfina, Filosofía argentina, Vico en los escritos de Sarmiento, Buenos Aires, 1950, pág. 72.

[4] Oeuvres Choisies de Vico, Hachette, Paris, 1835, tome I, pág. 38.

[5] Mary. T. Reynolds, The. City. in. Vico,. Dante,. and. Joyce, pág.110 .

[6] OC, t. XXXI, pág. 137.

[7] El grabado de la edición francesa de 1835 que comento es una simplificación del original de Vico. El impresor ha invertido por error la ilustración.

[8]Oeuvres Choisies de Vico, Hachette, Paris, 1835, tome I, pág. II. (Traducción E.R.).

[9] OC, t. XXII, pág.206.

[10] «La república Argentina! (…) éste es el país enlutado, el país de la muerte y del llanto ¡la cittá dolente!”, OC, t. XIII», pág.

[11] «(...) El Homero toscano (Dante) (...)», Oeuvres Choisies de Vico, Hachette, París, 1835, tome II, pág. 211.

[12] Ugolino aparece identificado con Rosas en: OC, t. XXX, pág. 300. Y en “El Mercurio”, Chile, 6-5-1842; como también con Solano López: OC, t. XXXIV, pág. 328.

[13] Œuvres Choisies de Vico, Hachette, Paris, 1835, tome I, pag.196.

[14] OC, t. XLVI, pág. 84.

[15] OC, t. VII, pág. 15.

[16] Œuvres Choisies de Vico, Hachette, Paris, 1835, tome I, Discours sur le Systeme XXV.

[17]  Domingo Faustino Sarmiento, Obras Completas, Buenos Aires 1902, t. L, pág 343.

[18] OC, t. XXI, pág. 312.

[19] OC, t. XXXIV, pág. 364.

[20] Œuvres Choisies de Vico, Hachette, Paris, 1835, tome I, Pág. 359.