EL PSEUDO DESCARTES EN BORGES

  • Print

EL PSEUDO DESCARTES EN BORGES

 

       por Karolina Elizabeth Alarcón 

          El filósofo René Descartes 

 

Jorge LuìsBorges escribió en su libro La cifra (1981) el poema Descartes, que paso a analizar: 

 

El escritor argentino Jorge Luìs Borges

«Descartes

Soy el único hombre en la tierra y acaso no

hay tierra ni hombre.

Acaso un dios me engaña.

Acaso un dios me ha condenado al tiempo,

esa larga ilusión.

Sueño la luna y sueño mis ojos que perciben

la luna.

He soñado la tarde y la mañana del primer

día.

He soñado a Cartago y a las legiones que

desolaron Cartago.

He soñado a Lucano.

He soñado la colina del Gólgota y las cruces

de Roma.

He soñado la geometría.

He soñado el punto, la línea, el plano y el

volumen.

He soñado el amarillo, el azul y el rojo.

He soñado mi enfermiza niñez.

He soñado los mapas y los reinos y aquel duelo del alba.

He soñado el inconcebible dolor.

He soñado mi espada.

He soñado a Elizabeth de Bohemia.

He soñado la duda y la certidumbre.

He soñado el día de ayer.

Quizá no tuve ayer, quizá no he nacido.

Acaso sueño haber soñado.

Siento un poco de frío, un poco de miedo.

Sobre el Danubio está la noche.

Seguiré soñado a Descartes y a la fe de sus

padres».

 Es necesario  tener en cuenta  dos características  de la  obra literaria de Borges; la primera, según propia confesión, es “riesgosamente autobiográfica”; la segunda, considera a la filosofía  con una rama de la literatura fantástica. Bajo esta perspectiva, subjetiva y esencialmente estética, es que deben interpretarse las alusiones  al  pensamiento del filósofo francés en este bello poema. 

El célebre Cogito aparece aquí desplazado al mundo onírico:

«Sueño la luna y sueño mis ojos que perciben la luna».

 

El poeta parece querer decir: Sueño, por lo tanto, mi existencia es irreal. A diferencia de  Descartes  que sostiene que él mismo es  una sustancia pensante, Borges sugiere una sustancia soñante; es decir, disuelve  la certidumbre que la conciencia inmediata de la existencia da al argumento de Descartes, por medio de  la irrealidad del sueño.

«He soñado la duda y la certidumbre».

El poeta hace una caprichosa, pero valida literariamente, transformación del pensador francés  en el sabio chino que soñó ser una mariposa sin poder determinar luego, si El mismo no sería soñado por una mariposa.

El dominio de lo soñado alcanza  aun el reino de los entes matemáticos:

«He soñado la geometría.

He soñado el punto, la línea, el plano y el volumen».

Borges  lleva todavía más lejos  su parodia filosófica,remplazando el Buen Dios cartesiano por una divinidad capaz de embaucar al hombre:

«Soy el único hombre en la tierra y acaso no haya tierra ni hombre

Acaso un dios me engaña».

En definitiva, el  Descartes poetizado  por Borges responde  en gran medida a una concepción  del Discurso del Método y  las Meditaciones  Metafísicas  desarrollada por  la crítica de George Berkeley  y su idealismo subjetivo, y el empirismo  de David Hume.