EL JARDIN Y EL LOGOS

 

EL JARDIN Y EL LOGOS

 

        por Karolina Elizabeth Alarcón

 

El jardín, como símbolo y ámbito privilegiado para el  pensamiento, ocupa un lugar central en la historia de la filosofía. Desde Platón a  Wittgenstein,pasando por Descartes y Leibniz, diversos pensadores consideraron al jardín como sitio de la aparición del Logos  y a la práctica de la jardinería como símil de la acción de pensar.

 Animamediatica, ha creído que  sus lectores encontraran interesante el análisis de este tema poco estudiado. Presentamos aquí el primero de dos artículos dedicados al largo vínculo entre jardín y filosofía. 

 

 

«Dios plantó un jardín en Edén»[1]

 

 

El jardín esta simbólicamente asociado con el origen, el mito  bíblico es el paradigmático ejemplo.                   

El primer jardinero es Dios y el primer hombre es jardinero. El jardín constituye  el lugar originario de la palabra y de la revelación del conocimiento, sendos sinónimos de Logos. En consecuencia, poetas, teólogos y filósofos judíos, cristianos y musulmanes harán del jardín un ámbito para la contemplación de lo esencial, de aquello que las  apariencias ocultan; un lugar  en  qué  orden y origen se manifiestan simultáneamente. El persa Rumí definió este vínculo con un célebre verso:

«ha percibido el perfume del origen del jardín»[2].

La religión y  el arte griego tienen en el jardín de Apolo y sus musas su arquetipo del origen y el saber.

 

 

Reconstrucción ideal del Jardín del santuario de Olimpia

 

 

Jardín de las Musas

Las Musas, divinidades que presiden las artes y las ciencias , son las moradoras del jardín y miembros del coro de Apolo, dios emblemático  de la medida y la razón, y emblema del oficio de jardinero.

Platón eligió a las Musas como patronas del más representativo de los jardines de la filosofía, el de Academos, que inspirara numerosos jardines filosóficos griegos, romanos y renacentistas.

La Academia fue un edificio circundado por un dilatado jardín con plantaciones de olivos y un gymnasium, situado en los suburbios  de Atenas. El termino gymnasium,derivado de gymnos, desnudo, designaba el lugar donde el cuerpo se desnudaba para hacer ejercicios y recibir las enseñanzas de los filósofos. Al igual que en el Edén, el origen y la desnudes aparecen  asociados con el Logos. El jardín será para Platón y para la tradición cristiana, el sitio de la reminiscencia, el recuerdo del conocimiento original. 

 

 

Jardín de Academos – Platón

 

Aristóteles, el más brillante de los discípulos de Platón, luego de habitar por dos décadas la Academia, fundó otro celebre jardín del saber, El Liceo.

 

 

 Ruinas del  Liceo - jardín de Aristóteles

 

Dedicado a Apolo Liceo , el hijo de Zeus en su apariencia de "dios lobo", este recinto del deporte, la religión , la política  y la filosofía albergó también el primer jardín botánico .El estagirita fue sin duda un eximio  jardinero , desdichadamente su renombrado libro sobre las plantas se ha perdido. Siglos después, Charles Darwin, otro famoso jardinero, se refirió a los grandes taxonomistas Carl Linneo y Cuvier como «meros alumnos del viejo Aristóteles».

              Siguiendo el ejemplo, el macedonio Ptolomeo Soter, amigo de Alejandro Magno, hizo edificar en Alejandría una Academia con su biblioteca instalada en el centro de un jardín.

Dentro del periodo helenístico, surgen dos  movimientos filosóficos, el estoicismo  y el epicureísmo, que continúan el ejercicio de pensar entre senderos de árboles y flores.

 

 

 Jardín de Epicuro     

 

        Epicuro, nacido en la isla de Samos (341 a C.), fundó en Atenas  su propia institución: El Jardín. En su teoría del conocimiento, el criterio de verdad está dado por la percepción de los efluvios provenientes de las cosas y el lugar elegido para esta captación es el jardín; de aquí el nombre de su escuela.

         

         Epicuro sostiene que el objetivo de la vida humana es el placer, tranquilo y natural, que se alcanza al conseguir la autosuficiencia y libertad (autarquía); el jardín constituye no solo el lugar del placer sino el símbolo del conocimiento epicúreo.

Fundado por Zenón de Citio en el 301 a. C., el estoicismo, también conto con sus jardines como escenario de la manifestación de la la razón seminal, el Logos Espermatikós que permite la simpatía o comunicación entre todas las cosas y la existencia de una armonía profunda en el Universo. Esta escuela adquirió gran difusión en el mundo grecorromano, distintas fuentes literarias, el poeta Juvenal entre estas, habla de los grandes jardines del estoico Séneca.

 Si el jardín de Platón representaba el recuerdo de un plan divino, y el de Aristóteles un organismo, un orden vivo y móvil, el de los estoicos y epicureistas constituye el lugar donde se practica la norma moral capaz de dar la libertad y la felicidad.

Cicerón que construyó en su Villa de Tusculum dos  jardines, llamados  la Academia y el Liceo, escribió:

 

 «SI APUD BIBLIOTHECAM HORTULUM HABES, NIHIL DEERIT»

 

(“¿Qué más quieres si tienes una biblioteca que se abre a un pequeño jardín?”).

También en sus elucubraciones sobre la memoria escribe: 

«Al cabo de poco tiempo, me encontré con un jardín alegre y grande que estaba completamente rodeado por un alto muro. La parte de fuera de la pared tenía dibujos, esculturas, rótulos pintados con gran riqueza. Con gusto contemplé estas figuras e imágenes, que os voy a contar y describir tal como las recuerdo»[3]

Platón, menciona  el mito del nacimiento de Afrodita en el jardín de Zeus[4]; Plotino, el último gran filósofo helénico, se pregunta cuál es el significado de este  jardín ¿qué simboliza? :

 

«Zeus ha de ser idéntico a la Inteligencia, mientras que Afrodita, que es su hija, nacida de él y con él habrá de ser identificada con el Alma (…)

“…todo jardín es un engalanamiento y un lujo de riqueza. Más la finca de Zeus está engalanada con una razón, y su lujo son las galas transmitidas al Alma por la Inteligencia en sí. ¿O qué otra cosa puede ser el jardín de Zeus sino sus estatuas y sus galas? Y sus galas y sus adornos ¿qué pueden ser sino las razones emanadas de él?»[5].

Zeus, en definitiva, representa la Inteligencia que contempla por medio del amor los arquetipos en el ámbito originario del jardín.

La argumentación de Plotino tendrá una enorme influencia en la concepción filosófica y poética del jardín romano, medieval y renacentista.

 

 

San Agustín - Jardín de Alipio

 

San Agustín recibe  la revelación definitiva de Dios en la famosa escena del huerto[6], en donde escucha una voz que le invita a tomar y leer las Epístolas de San Pablo.

La referencia al jardin será una constante en su obra y en la de sus seguidores. El claustro monastico constituirá una remenbranza del huerto biblico.

Dos filosofos, ambos tambien poetas y misticos, el hispano-judío  Ibn Gabirol y el hispano-musulmán Ibn 'Arabi harán hicieron del jardín el predio de su viaje iniciático. El hombre mismo tiene para ellos, la arquetípica estructura del paraíso. 

 

 

Jardines de Ibn Gabirol'Arabi

 

 

Jardines y Árbol del ser de Ibn

El jardín filosófico tiene también suma importancia entre los  humanistas; el de Erasmo de Rotterdam es desde el siglo diecisiete un lugar de peregrinación para los admiradores del filósofo. En sus escritos como en diversos tratados de botánica contemporáneos  se invita al paseante al gozo y a la reflexión sobre la condición humana en su vínculo con la naturaleza. En su obra Convivium religiosum refiere la concepción de un jardín:

«Lejos de ser muda, la naturaleza entera habla y enseña al hombre que la contempla, si éste permanece atento y se deja instruir».

 

Jardín filosófico de Erasmo en Bruselas

 

Bajo los auspicios de Cosme de Medici, Marsilio Ficino funda en Florencia  una academia que se reúne en el templete de un jardín.

Ficino se inspira en Platón y Plotino:

 

«Por el jardín de Júpiter se entiende la fecundidad de la vida angélica, en la cual cuando desciende Poro, o sea, el rayo de Dios, unido a Penia, esto es, la indigencia que antes había en éste, crea el amor»[7].

 

Lorenzo de Medici llamado “Padrino del Renacimiento y  Padre de las musas” crea el “jardín de escultura” con el fin de revivir el arte de la escultura, casi desaparecido en Florencia y en este jardín recibe enseñanza gratuita el joven Miguel Ángel.

 

Estamos ya en el pórtico del pensamiento moderno, nos saludan, Descartes, quien se llama a sí mismo «hombre nacido en los jardines de Turena» y Gottfried Leibniz, arquitecto del Jardín Real de Herrenhausen; debemos  sin embargo esperar una nueva edición de Animamediatica.



[1]Gén. II, 8.

[2] Rumi,  Masnavi ye Manavi, IV.

[3] Cicerón: De la Invención retórica. Ob. Cit., p. 98.

[4]Platón Filebo, 30d.

[5]Plotino, Enéadas, III (Trat.III 5).

[6] San Agustín: Conf. 8, 29.

[7]Ficino,  De Amore, cap. VII.